Fronteras
¿Por qué pensamos que las únicas fronteras existentes son aquellas que dividen naciones y países? Creemos que son aquellas donde no permiten que unos crucen porque por no ser parte de ese lugar. Esas fronteras que intentan dividir un territorio el cual por tierra siempre estará unido. Pues, muchas veces eso nos sucede con Dios, creamos grandes fronteras entre Dios y nosotras, fronteras que dividen nuestra relación con Dios, aunque siempre permaneceremos unidas a él, somos su creación por lo que nada nos desunirá de el Padre. Hoy, te invito a hacerte la siguiente pregunta, ¿cuán grande es tu frontera con Dios?
Muchas veces nos encontramos esperando el cumplimiento de ciertas promesas, pero no hemos sido capaces de orar por ello. Muchas veces estamos en espera de un milagro, pero no hemos sido capaces de creer que Dios lo hará. Muchas veces nos sumergimos en el temor y esto sucede porque no hemos abierto nuestro corazón a Dios y así poder ver su grandeza. Permítele a Dios manifestarse en tu vida, rompe tu frontera con él, permítele al Espíritu Santo guiarte sin fronteras para que así Dios pueda llevarte más allá de lo imaginado por ti, pero planificado por él.
La Palabra nos dice:
“El Señor está cerca de todos los que le invocan, de todos los que le invocan en verdad”
Salmos 145:18