Como el chocolate
Toda mi niñez, adolescencia y hasta hace unos meses pensé que era alérgica al chocolate. Esto quiere decir que por años pensé que no podía comer chocolate y nunca probé un pedazo. Me acostumbré y no fue difícil, para muchos era una tortura el que yo no pudiera comer chocolate, pero cuando nos acostumbramos a algo, no es difícil continuarlo. Ahora bien, ¿cuántas veces nos hemos aferrado al miedo y nos hacemos de la idea de algo lo cual no es? En la vida muchas vivimos como yo con el chocolate, pensamos en el daño que nos puede ocasionar y vivimos engañadas por el temor y el miedo creado por nosotras mismas. Jesús nos hizo libres en aquella cruz donde su vida dio por nosotros, pero nosotras nos encadenamos a tantas cosas que nos convertimos en nuestras propias esclavas. El temor a fracasar, a pensar que podemos sufrir, al dolor, nos ata a tal punto que dejamos de ser libres y somos la sombra de nuestro propio temor. No permitas que el miedo te limite en la vida, Dios nos hizo libres para caminar por la vida con libertad y seguridad junto a él. A tu lado camina aquel que venció al mundo, ¿sabes lo increíble que eso es?. No seas tú quien te quite lo que Dios te regaló, libertad. Durante años me limité a comer quizás aquello que para muchos es lo mejor del mundo y sabes algo en este momento me di cuenta de que yo misma me había limitado pensando de alguna manera que era alérgica al chocolate. Pregúntate a ti misma, ¿cuánto me he limitado en la vida? Y al contestar la pregunta prométete a ti misma nunca volver a limitarte porque siempre vas a recordar que Dios te hizo libre. En la Palabra podemos encontrar en Salmos 56:3 “Cuando siento miedo, pongo en ti mi confianza”. Nunca tendrás un motivo para temer, porque Dios a prometido cuidarnos siempre.
Tú amiga,
Marina Cruz