Esfuérzate
Desde que tengo memoria recuerdo a varias personas recordándome la importancia del esfuerzo, ayudándome a entender que como ser humano debía esforzarme día a día. El esforzarnos muchas veces puede ser agotador, más aún cuando vivimos en una sociedad donde muchas veces nos esforzamos por alguien y no nos agradecen o nos esforzamos por algo y no lo conseguimos. Muchas vivimos esforzándonos día tras día por muchas metas trazadas, por un trabajo deseado, por un matrimonio efectivo, por unos hijos encaminados hacia el bien, por ser mejores mujeres cada día, por ser una esposa ejemplar, una mujer ejemplar, una mejor madre, hija y así por tantas cosas nos esforzamos que llega ese preciso momento donde nos preguntamos, ¿Me esfuerzo por mí misma como me esfuerzo por los demás? ¡Boom! Esa pregunta me hizo reflexionar mucho a mí como la mujer que soy.
Cuando hablamos de esforzarnos por nosotras mismas no es sólo trazarnos metas propias, alcanzar sueños engavetados, es mucha más que eso. Se trata de conectarnos con el Padre, se trata de conectarnos con Dios. A través de él podemos encontrarnos con nosotras mismas y de esa manera podemos esforzarnos por lo que realmente vale la pena en nuestra vida. ¿Cómo podemos hablar de esfuerzo si no nos hemos esforzado por conocer a quien nos creó, aquel que nos diseñó a su imagen y semejanza con un propósito? No hay manera de conocernos a nosotras mismas si no vamos al Padre, si no nos esforzamos por conocerle. Día a día debemos esforzarnos por conocer a Dios de una manera muy especial. Conocer su Palabra nos acerca más a él y el acercarnos más a él nos lleva a conocernos a nosotras mismas tal y cual somos, esa mujer maravillosa que Dios creó con propósitos muy grandes e imaginables. No te afanes por lo que no tienes, o por aquello que no haz alcanzado. Ve tras la Palabra de Dios y él te guiará hacia lo que tiene para ti porque la Palabra nos dice: “Respondió Jesús, y dijo: de cierto, de cierto te digo, que el que no naciere otra vez, no puede ver el reino de Dios.” Porque a través de la nueva mujer que somos en Dios, volvemos a nacer y así podremos esforzarnos por nosotras mismas mediante lo que Dios tiene para nosotras.
Tu amiga,
Marina Cruz