Decidida
Hoy te pregunto, ¿eres una mujer decidida? Te cuento que en el pasado yo no lo era. En mí, habían muchas inseguridades al momento de tomar una desición importante. Caminaba por la vida preguntándome si había tomado la desición correcta, muchas veces luego me daba cuenta que no había tomado la desición que debía tomar. Ser una mujer decidida es algo que conocí cuando entendí quien era Dios en mi vida. Cuando conocemos realmente a Dios nos damos cuenta que Dios es uno de orden, es un Dios decidido, pero sobre todo es un Dios lleno de sabiduría. Al conocerle y tener una relación con él nos llenará de orden y sabiduría para ser mujeres decididas. Si, entendí que para tomar decisiones correctas debía tomar la más importante de todas, conocerle a Dios, sólo a través de él podía conocer lo que para mí es correcto.
En algún momento te haz preguntado, ¿cómo Jesús sabía lo que era correcto, lo que debía o no debía hacer? Sabemos que Jesús vino como el hijo de Dios, pero no dejó de ser hombre. Si Jesús se hubiese apartado de Dios, si se hubiera afectado su relación tan especial con el Padre, Jesús no hubiera podido tomar las desiciones correctas. Para él lograr llegar al propósito de Dios necesitaba ser un hombre decidido a conectárse con el Padre, necesitaba escuchar sabiamente a Dios, pero sobre todo necesitaba conocerle. Nosotras podemos ser mujeres decididas, mujeres confiadas, mujeres que tomamos desiciones correctas según lo que Dios tiene para nosotras. Ser mujeres decididas es ser mujeres que seguimos a Dios. Mujeres que conocemos a Dios, mujeres que tenemos una relación con Dios. Somos mujeres decididas que escuchamos la voz de Dios y caminamos conforme a su voluntad. Yo soy una mujer decidida a seguir lo que Dios tiene para mí. Una mujer decidida a escucharle, a ordenar mi vida según lo que él me muestre. Soy una mujer decidida a amarle porque Dios me amó primero y nunca a dejado de amarme. Ahora bien, ¿eres tú una mujer decidida?
“Guía mis pasos conforme a tu promesa; no dejes que me domine la iniquidad”.
Samos 119:133