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Mi Spartan

Mi esposo es muy deportista, participa en muchas competencias, hace ejercicio constantemente, pero sobre todo es muy disciplinado con su entrenamiento. Admiro mucho su disciplina y dedicación. Todo el año se prepara para una competencia muy importante para él llamada, Spartan. Son meses de entrenamiento, disciplina, pero sobre todo compromiso. Viendo su día a día decidí hacer mi relación con Dios, Mi Spartan.

Usualmente nuestro día a día nos aleja de Dios sin darnos cuenta. Nos conformamos con orar antes de cenar, antes de dormir y escuchar alguna música Cristiana en nuestro auto. No está mal, pero sabemos que podemos darle a Dios, mucho más. En mi caso sabía que Dios merecía más de lo que le estaba dando y le dije: “ Señor, tú eres mi Spartan”. Deseo entrenar, dedicarme y disciplinarme para cada día ser mejor en ti, para cada día acercarme más a ti. Entonces preparé mi plan de entrenamiento semanal con horas de lecturas, oración y estudios donde semanalmente irían dirigidos a un propósito, conocer más a Dios. En nuestra vida muchas veces nos preparamos para muchas cosas, pero no nos preparamos para tener una increíble relación con Dios. Sabemos que él está, pero nos olvidamos de sentarnos y hablarle, conversar con él y permitirle hablarnos. Imaginas tanto silencio por días, semanas y hasta meses ¿cuánto tendrá para decirnos Dios?

Dios anhela pasar tiempo con nosotras. Desea hablarnos y escucharnos decir lo que muy probable él ya conoce. Haz de Dios tu Spartan. Entrena en la Palabra, disciplínate en la oración y da tu carrera en la fe. Dios nos invita a conocerle cada día más para nosotras crecer en él. Son muchas las cosas de la vida que sin darnos cuenta nos pueden alejar de Dios. Los hijos, el trabajo, un proyecto, el hogar, el matrimonio, el cansancio y muchas otras cosas más. Pero, la buena noticia es que Dios nunca se cansa de esperar. Él siempre está ahí para ti, esperado tu tiempo para él. Para mi esposo el Spartan es su competencia del año y admirando su dedicación y compromiso en eso, hice de Dios mi Spartan. Porque todas debemos entrenar, disciplinarnos, pero sobre todo debemos ser probadas en nuestra relación con Dios. Juan 10:30 nos dice: “Yo y el Padre somos uno”. Sabemos que Jesús deseaba con ansias que le conocieran para que a través de él conocieran al Padre. Porque Dios deseaba tener una relación con ellos y por eso Jesús murió, para Salvarnos y que pudiéramos tener una relación directa con el Padre. ¡Que Bendecidas somos! ¿Cuánto ha hecho Dios por tener una relación con sus hijas y sus hijos? Convierte a Dios en tu Spartan, entrena en la Palabra, que tú disciplina sea la oración sin cesar y que tu Fe sea la prueba de todo.

Con amor

Marina Cruz

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