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Sonríe y Florece

No sé a ustedes, pero a mí me encanta sembrar plantas y ver como crecen. Ver a mi mamá cuidar siempre de sus plantas hizo que yo deseara tener mis propias plantas para cuidar de ellas. Mis favoritas son las orquídeas, sus flores son combinadas de colores muy hermosos. Algo que admiro de ellas y es como se preparan para en un momento específico lucirse con sus hermosas flores. Ese momento donde florece y todos tenemos que observarla porque lucen radiantes como una hermosa creación de Dios. Hoy te pregunto, ¿te sientes una mujer tan radiante como esa flor recién florecida que sus colores resplandecen? Muchas veces no, ¿verdad? En ocasiones nos sentimos opacas ante el mundo quizás porque como mujer no nos sentimos completas, por frustraciones del pasado o simplemente porque olvidamos ser mujer y nos hemos dedicamos a las tareas del día a día. El ser mujer nos hace únicas, auténticas somos pura obra y creación de Dios. Tomó lo mejor que tenía para con sus manos crearnos e irradiar al mundo con nuestra presencia en él. Si Dios tomó lo mejor que tenía para crearnos, ¿Acaso ya no somos mujeres que resplandecemos? Fuimos creadas por Dios, somos su creación, somos su planta florecida. Fuimos creadas para resplandecer más que el sol, para florecer y nunca marchitarnos. Fuimos creadas para ser libre en su nombre no para atarnos a procesos difíciles, a frustraciones, a las consecuencias de malas decisiones. Entreguemos a Dios todo lo que nos ha marchitados los hermosos pétalos de nuestra vida. Porque aún perdidas él nos ha hallado para llevarnos a él y no permitir que esa flor se pierda porque el jardín más hermoso ha sido decorado por él, ha decorado el mundo con nosotras, con las mujeres poderosas que cada una de nosotras somos. Y sí, somos poderosas porque al ser creadas por Dios, por el Rey de Reyes llevamos con nosotras una parte de él y eso nos hace grandes, nos hace fuertes, nos hace Victoriosas nos hace florecer cada día de nuestra vida. Sonríele al mundo aún en tus procesos, sonríele al desierto que estás atravesando y dile que tú eres una flor que no se marchita, mira de frente esa enfermedad y hazle saber que fuiste creada por el que te va a sanar, observa al mundo y camina hacia él segura con pasos de fe y esperanza resplandeciendo porque de hoy en adelante vas a sonreír y a florecer porque Dios te creó para brillar y resplandecer. “Y de la costilla que Jehová Dios tomó del hombre, hizo una mujer, y la trajo al hombre.” Génesis 2:22 Tu amiga, Marina Cruz



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